Tuve la oportunidad de ver, una vez más, a los fantásticos Cirque du Soleil. Para quienes aún no detecten para donde va la propuesta, les digo que no es un circo propiamente dicho, no es un musical ni son De La Guarda. En este caso, es una representación en vivo con 35 acróbatas, 45 artistas y 13 creativos en escena de la obra de Soda Stereo, un videoclip con vuelo propio: acrobacia, vestuario, ilusionismo, superproducción, sonido impactante y todo lo que se pueda definir como obra de arte. Eso es Sépt7mo Día (No Descansaré) y acaba de estrenar por primera vez en Buenos Aires.

El diseño de la historia fue hecha de la mano de Charly Alberti, Zeta Bosio y el sonidista que acompañó la carrera de Cerati, Adrián Taverna, quienes también se ocuparon de la digitalización y restauración de las grabaciones originales, por eso el sonido es impecable y poderoso.

A lo largo del recorrido, y tal como explican al inicio del espectáculo, hay un triángulo imaginario conformado por Zeta, Alberti y Cerati que incluirá al público durante todo el show. Si bien la representación de los músicos está en el aire, a veces aparecen imágenes originales, otras los acróbatas disfrazados como tales y siempre, del inicio hasta el final, un Gustavo Cerati en escena. Está lookeado y vestido igual que Gustavo en varias ocasiones. Se mueve igual y se confunde realidad y representación.

La diferencia de este homenaje por primera vez en la historia del circo, hay un espacio llamado #MovistarZoomZone que simula al campo pero el público vive na experiencia inmersiva. Además de ver todo desde otro punto de vista, por momentos, se tienen que correr de la mano y orden de los encargados de movilizar la escenografía (ángeles eléctricos), porque la acción sucede en diferentes partes de dicha zona.

El encanto del show es indudable, pero llega más para los fanáticos de Soda Stereo. Es como un revival hacia los años 80, donde las teles de tubo, la cinta, el disco, el casette y los raros peinados nuevos hicieron historia. Es pop y se pueden escuchar, entre otros temas, Séptimo Día, Hombre al agua, Un millón de años luz, Luna Roja, Sobredosis de TV, Planta, Signos, Ella usó mi cabeza como un revólver, Cuando pase el temblor, Zoom, La Ciudad de la furia, Prófugos, Primavera Cero, Terapia de amor intensiva, etcétera. Para los amantes de Cerati solista, también es un encanto. Sobre todo, en “Té para tres”, el momento más emotivo del show, donde una pantalla invita a un gran karaoke con el público del Luna Park y todos cantamos un gran acústico con diferentes guitarras, interpretada por una de las actrices, zapeando sobre el campo. Al final, “De música ligera”, es el tema que todos estaban esperando. Se invita a iluminar la penumbra y a simular, quizás, los encendedores prendidos en los shows de Soda.

Cerati vuela sobre un planeta que hace de piso. A veces redondo, otras cerrado, abierto y siempre modificado pero manteniendo la idea de algo más allá. Los arneses y las sogas les permiten volar. Pero también luces, cámaras, dibujos sobre la arena, esculturas, performance en vivo y hologramas.

Nunca está permitido filmar en los espectáculos de la compañía canadiense. Lo aclaran al principio, piden encarecidamente que no se realicen filmaciones con flash porque puede ser peligroso y, en este caso, que no se compartan en redes sociales detalles del show pues no se había estrenado formalmente. Además de una aclaración que fue ovacionada con el público: graben la magia en sus ojos y no en las pantallas de celular. ¿Qué sucedió? en un espacio donde la oscuridad es fundamental, muchos espectadores sacaban sus pantallitas para fotografiar y filmar el momento. Teniendo en cuenta la luz que emiten los celulares, es un problema que ya está tomando mayores dimensiones, que roza la falta de respeto y la inapacidad de poder vivir el momento (tema para otro post).

Sépt7mo Día se presentará 73 veces más en la Ciudad de Buenos Aires y luego, irá hacia Perú, Chile, Colombia, México y Estados Unidos, ya en 2018. Ya se vendieron 500.000 entradas y se supone agotarán rápidamente. Su valor va de los 680 pesos a los 3950 en la parte VIP. Teniendo en cuenta que se necesitan 20 conteiners para trasladar por toda la región la pecera, la flor gigante y los otros artefactos que usan en el show, es un valor relativamente razonable.

Aquí, el video oficial de Séptimo Día.

 

One Reply to “Soda Stereo según Cirque du Soleil (y el mal de los espectadores que no ven)”

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