Hacemos una búsqueda en Google y Facebook nos muestra, de ahora en más, decenas de ofertas de nuestras búsquedas en Internet. Comentamos un viaje soñado en Whatsapp y nuestra computadora se convierte en una vidriera de lugares para vacacionar, ubicados exactamente adonde queremos ir.

Pasamos la aspiradora por nuestro departamento de 40 metros cuadrados y proporcionamos datos de las dimensiones del hogar, las distancias entre sillas, mesas y lámparas. Y del perro y el gato.

La aspiradora Roomba, como tantos otros dispositivos enmarcados en Internet de las Cosas, se puede  manejar desde el celular a través de una aplicación. Programar cuándo empieza, termina y por donde sacará los trapitos sucios. Cada vez que instalamos una app, vendemos un poco nuestra alma (o datos) al mejor postor. A veces son segundos y otras, terceros.

La denuncia que pesa sobre la marca de aspiradoras es que vende los datos de mapeado de las casas. No hay dudas que la disposición de nuestro hogar es parte de nuestra privacidad. A pesar de que sea un dato genérico y no se comercialice asociado a nuestro nombre y apellido, nada asegura que es parte de lo que viene sucediendo con nuestros movimientos personales: se convierten en datos, se venden, se asocian, se crean perfiles de consumidores. No tenemos más privacidad.

Según informa Reuters, Roomba quiere convertir los datos que registran sus aspiradoras en el producto de una nueva unidad de negocio. Colin Angle, CEO de iRobot, informa: “hay todo un ecosistema de aplicaciones y servicios para el hogar conectado que pueden beneficiarse de disponer de un mapa detallado del hogar que los usuarios han accedido a compartir.”

Los términos y condiciones de la aspiradora informan esta situación, argumentando que los datos podrían ser utilizados para mejorar los sistemas y entender mejor las necesidades de los usuarios. De eso se trata la Internet de las Cosas y los usuarios se prestan a estas situaciones que, muchas veces por comodidad, son bienvenidas.

Utilizamos esta información para recoger y analizar las estadísticas y los datos de uso, diagnosticar y resolver problemas tecnológicos, mejorar el rendimiento del dispositivo y mejorar la experiencia del usuario. Podemos utilizar esta información para proporcionarle comunicaciones personalizadas, incluidos mensajes promocionales y de marketing, como correos electrónicos con información sobre el pedido de productos cuando su dispositivo indique que la batería está baja. Nuestros robots no transmitirán esta información a menos que usted registre su dispositivo en línea y se conecte al Wifi o a otro dispositivo vía Bluetooth. Es posible usar nuestros robots con tecnología inteligente sin transmisión de datos por Wifi o Bluetooth. Para ello, simplemente desconecte su Wifi o el Bluetooth del dispositivo o no lo conecte en ningún momento.

El próximo paso de iRobot y de tantas otras empresas es integrarlos con los asistentes de voz con interfaces caseras inteligentes, como Amazon.com, Apple Inc. y Alphabet. Un mercado que, según la consultora IHS Markit, alcanzó los 9,8 mil millones de dólares durante el 2016 y se espera que crezca un 60% este año.

Los robots avanzan en todo el mundo y muchas veces, nos facilitan la vida. Sin embargo, es necesario que sepamos las consecuencias de aceptar todos los términos y condiciones. En el caso de la aspiradora inteligente iRobot Roomba, gana cada vez más presencia en el mercado argentino de la mano de su distribuidor Aftech. Las aspiradoras inteligentes genéricas, también. Hoy, se puede encontrar una en MercadoLibre por 3000 pesos.

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