Mark Zuckerberg acaba de publicar un nuevo post en su red social, Facebook. Allí se pregunta ¿estamos construyendo el mundo que todos queremos?
En un extenso post de más de 6.000 palabras, el fundador de Facebook reflexiona acerca de la comunidad global y anuncia el siguiente paso e insinúa que su misión de conectar a todo el mundo a través de sus teléfonos inteligentes está en peligro por la agenda aislacionista de Trump. Pero para leer eso, hay que recorrer muchas letras: “Nuestras mayores oportunidades ahora son globales, como extender la prosperidad y la libertad, promover la paz y la comprensión, sacar a la gente de la pobreza y acelerar la ciencia. Nuestros desafíos más grandes también necesitan respuestas globales – como la eliminación del terrorismo, la lucha contra el cambio climático y la prevención de pandemias. El progreso ahora requiere que la humanidad se reúna no sólo como ciudades o naciones, sino también como una comunidad global”.
Lo que propone, en nombre de la globalización y la comunidad global, es desarrollar la infraestructura social para dar a la gente el poder de construir una comunidad global que funcione para todos nosotros.
Para lograrlo, se hace cinco preguntas:
- ¿Cómo ayudamos a las personas a construir comunidades de apoyo que fortalezcan las instituciones tradicionales en un mundo donde la membresía en estas instituciones está disminuyendo?
- ¿Cómo ayudamos a las personas a construir una comunidad segura que evita el daño, ayuda durante las crisis y reconstruye después en un mundo donde cualquier persona en todo el mundo puede afectarnos?
- ¿Cómo ayudamos a las personas a construir una comunidad informada que nos exponga a nuevas ideas y construya una comprensión común en un mundo donde cada persona tiene voz?
- ¿Cómo ayudamos a las personas a construir una comunidad comprometida con la comunidad en un mundo donde la participación en la votación a veces incluye menos de la mitad de nuestra población?
- ¿Cómo ayudamos a las personas a construir una comunidad inclusiva que refleje nuestros valores colectivos y nuestra humanidad común desde los niveles locales hasta los globales, abarcando culturas, naciones y regiones en un mundo con pocos ejemplos de comunidades globales?
El palabrerío no dice demasiado pero en él afirma que Facebook puede aportar su granito de arena a la comunidad global.
La propuesta concreta es construir comunidades de apoyo, sea una iglesia o un sindicato, en una reflexión donde mecha lo social con el importante papel que debería tener un gobierno. “Desde la década de 1970, la pertenencia a algunos grupos locales ha disminuido en un cuarto, recortando todos los segmentos de la población”.
Allí salta a la importancia de la comunidad de Facebook y sus grupos de pertenencia: “mediremos el progreso de Facebook con grupos basados en grupos significativos, no grupos en general”,
Las comunidades a las que Zuckerberg llama exitosas son las del mundo real. Lo que propone, en síntesis, es armar un paralelo en el mundo virtual y que haya líderes en línea.
De la comunidad de apoyo, pasa a la comunidad segura: “Para prevenir el daño, podemos construir infraestructura social para ayudar a nuestra comunidad a identificar problemas antes de que sucedan. Cuando alguien está pensando en suicidarse o hacerse daño, hemos construido una infraestructura para dar a sus amigos y herramientas comunitarias que podrían salvar su vida”.
Luego, a la comunidad informada: “Las dos preocupaciones más discutidas el año pasado fueron sobre la diversidad de puntos de vista que vemos (filtrar burbujas) y la precisión de la información (falsa noticia). Me preocupo por estos y los hemos estudiado ampliamente, pero también me preocupa que hay efectos aún más poderosos que debemos mitigar en torno al sensacionalismo y la polarización que conduce a una pérdida de entendimiento común”.
Y termina con una comunidad cívicamente comprometida en donde repasa cómo Facebook ayudó, en Estados Unidos, a más de 2 millones de personas a votar y una comunidad inclusiva: “Facebook no es sólo tecnología o medios, sino una comunidad de personas. Eso significa que necesitamos Normas Comunitarias que reflejen nuestros valores colectivos para lo que debe y no se debe permitir”.
A lo largo de los 39.725 caracteres del post no plantea ninguna acción concreta y parece más el deseo de convertirse en una piedra filosofal que un postulado hacia un cambio. Paralelamente, acaba de modificar su aplicación para presentar Facebook Stories, historias en video y fotos que, cuál Instagram o Snapchat, duran sólo 24 horas. En la era de lo efímero, ataca con tecnología que apuntala esa idea y contraataca con ideas sin un propósito claro.
Este año, Facebook ya alcanzará los 2.000 millones de usuarios a nivel global, lo que en países se equipara a casi un tercio de la población mundial. Aunque sea palabrerío, hay que prestarle atención.