No es un título clickbait. Mark Zuckerberg dijo “las redes sociales murieron” durante la fase inicial del juicio antimonopolio a Meta, la casa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp.
La Comisión Federal de Comercio (FTC) acusa a Meta de usar la estrategia “comprar o enterrar”. Mark Zuckerberg se defendió esta semana con diferentes estrategias y una de ellas es argumentar que las redes sociales ya fueron.
Durante la declaración inicial, Meta mostró un gráfico con el porcentaje de tiempo dedicado a ver contenido publicado por ‘amigos’ en sus redes, el cuál bajó un 17% en los últimos dos años en Facebook y un 7% en Instagram como argumento para defenderse en el estrado. También expuso un gráfico de un ring de boxeo con los logos de las redes sociales (Instagram, Facebook, TikTok, YouTube) para mostrar que no son un monopolio.

La FTC argumenta, al contrario, Meta provocó una falta de innovación y una reducción de las opciones para el consumidor al comprar a Instagram y WhatsApp.
Para ilustrar esto, el gobierno norteamericano le puso a Zuckerberg un video de una entrevista de siete minutos que él dio en 2012. Allí hablaba de Dropbox como uno de sus competidores. Pero también se discutió sobre muchas aplicaciones que ya no están: Path, una red social personal que murió en 2018, otra que en paz descanse fue Orkut y la más conocida por todos, Google Plus, también desaparecida.
Es que es difícil de demostrar que las adquisiciones de Instagram y WhatsApp fueron para no dejarlas crecer, porque fueron en las primeras etapas de la vida de estas empresas. Sin embargo, la estrategia de “comprar o enterrar” quedó expuesta con un correo electrónico expuesto adonde Zuckerberg decía que buscaba “neutralizar” a Instagram como competidor. Su propuesta era que Meta adquiriera Instagram y “mantuviera su producto en funcionamiento y simplemente no le añadiera más funciones” 😈.
Además, el cofundador de Instagram, Kevin Systrom, echó más tierra al fuego con su contundente declaración: dijo que su empresa se quedó sin recursos después de que Meta la compró porque Mark Zuckerberg temía el éxito de la aplicación (y dio a entender que tenía celos). Es decir, no invertía en Instagram porque creía que eran una amenaza para su crecimiento. Esto se refiere al 2018, cuando Instagram había alcanzado los mil millones de usuarios y sólo tenía 1000 empleados contra los 35.000 de Facebook, a pesar de ya tener el 40% de su tamaño. Siempre teniendo en cuenta que todas pertenecían a la misma empresa matriz.
Igual todo esto suena a viejo, viejísimo. La demanda llevaba cajoneada cinco años y llega a juicio cuando las redes sociales, quizás como dijo Mark Zuckerberg, están moribundas. Ahora, la lucha es por la inteligencia artificial.