Si hay algo que está generando el boom de los sistemas de inteligencia artificial es pánico en las diferentes profesiones. Pero no solo de oficios vive el hombre -y la mujer- sino que también esta oleada de cambios tecnológicos afecta a compañías. O podría hacerlo. Por las dudas, la empresa BIC se sumó a la oleada de “paremos esta locura” y, en su presentación de resultados del 2023, su director financiero Chad Spooner, expresó:  “Aunque el mundo se esté volviendo digital algunos profesores podrían decirles a sus alumnos que ya no quieren trabajos escritos con computadora”. Y argumentó que Bic tiene que abrazar a la tecnología peroquien sabe a dónde puede llevar esto”.

La reflexión de BIC es que el miedo a ChatGPT podría ser una oportunidad para vender más lapiceras, ya que los profesores, lejos de pedir trabajos escritos en computadoras, harían énfasis en el lápiz y papel. O bolígrafo y papel.

BIC ChatGPT

Lo cierto es que este tipo de herramientas que generan resultados a veces dignos -a veces todo lo contrario- intensifica que los estudiantes copien el trabajo de la inteligencia artificial en vez de hacerlos ellos mismos. Por eso, algunos profesores y escuelas están apelando a herramientas como GPTZero o CheckforIA para detectar el uso de Chat GPT. Otros, en cambio, incorporan los modelos de lenguaje en sus clases y los aprovechan para determinados ejercicios.

No le van tan mal a Bic pero es mejor prevenir que llorar:  sus ventas, las de la división denominada Human Expression, en la que se incluyen los lapiceras y rotuladores, crecieron un 16,9% en 2022.

A todo esto, ChatGPT presentará su versión Plus, de pago mensual. Ofrecerá resultados más rápidos y costará 20 dólares al mes. Los abonados tendrán acceso prioritario a nuevas funciones y mejoras a medida que se vayan presentando.

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