Los duelos en redes sociales son diversos pero cuando se trata de una personalidad o un caso no tan cercano trascienden el hecho y la intimidad de la víctima.

El 2 de Marzo falleció María Onetto, gran y queridísima actriz argentina. Era joven, 56 años, y quienes disfrutamos de su arte la queríamos mucho. También tenía, como todos, valores, ideología y una postura frente a la vida que a algunos le generaba admiración y, a otros, rechazo. ¿Qué importa? Si era una grande y no le había hecho mal a nadie. Aquí viene el “duelo en las redes”. Las tapas de los diarios se llenan, siempre, ante una muerte, de titulares que dicen “La despedida de los famosos en las redes sociales” con fotos y frases de amigos y conocidos de la actriz. Pero también, las redes, se llenaron de fotos y selfies de personas no cercanas que lamentaban su muerte. El cholulismo de tumba. Las redes llenas de fotos de María con alguien. ¿Qué necesidad? Cómo si esto no fuera poco, la opulencia de mostrar “eh, yo me saqué una foto con María”,también se habló de su ideología. Un maratonista hizo un lamentable tuit viral que luego borró y decía que la admiraba pero nunca se lo había dicho cuando la cruzaba por su ideología.

Lo delicado, es que al tratarse de un suicidio, las redes también se llenaron de reflexiones y comentarios crueles e irresponsables sobre la situación. Sabemos que la gente opina de todo sin remordimiento ni respeto pero la muerte debería ser el límite.

María Fiorentino, gran actriz, dejo este comentario en un posteo de Facebook que, ojalá, hiciera reflexionar a mas de uno para hacer silencio: “Me parece realmente irrespetuoso, y lo digo con todo respeto, que se hable de este tema en redes. María murió. Silencio respetuoso y despedida en silencio. No puede ser tema de debate esto. No”.

Linkeo el posteo líneas atrás por que es público. Lo privado, lo que debería ser privado, es público. No es tan difícil presionar el mundito de Facebook para cambiar la configuración de una publicación para que no se viralice o llene de comentarios de todos. Pero no importa la privacidad. Y por eso, al dolor de la muerte de alguien, se le suma el bullicio de redes, adonde todos opinan sin saber sobre algo tan íntimo y delicado como decidir dejar de vivir. ¿Saben por qué no se habla de suicidio en los medios? Porque es contagioso, porque hay un protocolo para comunicarlo. Como el de las hermanas gemelas, a quienes también le faltaron el respeto en vida y en muerte.

Les dejo recursos y, ojalá, sepamos elegir hacer silencio en las redes cuando no hay nada que aportar.

La ruta de las bobes y el recuerdo vivo

De un posteo vagoneta en redes para despedir a alguien fallecido a la historia preciosa que les voy a contar. Dan Landerulodeviaje, es un creativo argentino que años atrás siguió un pálpito muy difícil de resumir. En un evento, los platos de su abuela (bobe) volaron por los aires y se rompieron. Decidió hacer un homenaje a sus abuelos con esos fragmentos rotos pero ampliarlo a otros. Así nació La Ruta de las Bobes. Digo que es difícil de resumir porque se transformó en una mamushka de historias que Dan, al viajar por diferentes pueblitos de Europa intentando dar con las huellas borradas del mapa, se encontró con vida: familiares, recuerdos y una serendipia espectacular. El viernes 3 de Marzo le entregaron en la Legislatura el reconocimiento de interés cultural. Y allí hizo una presentación contando qué es La Ruta de las Bobes. Lloramos todos. En mi caso, porque entendí que el pálpito de Dan convirtió historias pasadas en presentes que forman parte de la memoria individual pero también de la colectiva. Y si el no se hubiera embarcado en ese proyecto no hubieran sido escritas, contadas ni recordadas. Es un inspirador. Tenemos mucho Netflix encima pero qué mejor que vivir historias nuestras, reales y seguir escribiéndolas.

Les recomiendo el video del cementerio escondido de Zabludowy elhomenaje en Komanczaen memoria de Maggie, la nieta que dio origen a esta historia y no llegó a ver el final. Por suerte, nosotros podemos.

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