[et_pb_section admin_label=”section”][et_pb_row admin_label=”row”][et_pb_column type=”1_3″][et_pb_gallery admin_label=”Galería” gallery_ids=”376,377,378,379″ fullwidth=”off” show_title_and_caption=”off” show_pagination=”on” background_layout=”light” auto=”off” hover_overlay_color=”rgba(186,186,186,0.9)” caption_all_caps=”off” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”] [/et_pb_gallery][/et_pb_column][et_pb_column type=”2_3″][et_pb_text admin_label=”Texto” background_layout=”light” text_orientation=”left” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”]
Qué sí, que no. Que es ilegal, que no. Que como es posible, que sí. Uber generó miles líneas de opinión en las redes sociales sobre algo que ya pasó en 400 ciudades alrededor del mundo, desde hace ya cinco años.
La cronología de un arribo agitado indica que Uber anunció sus operaciones hace algunas semanas en la Ciudad de Buenos Aires y qué, luego de reclutar a los 20.000 interesados en participar de esta nueva modalidad laboral, arrancó a operar hace tan sólo dos días.
Anoche, el Gobierno de la Ciudad acarreó el primer auto con una multa de 77 mil pesos Argentinos. Hoy, Uber la pagó.
Desde LadobNET preguntamos a Uber Argentina que decían al respecto:
“Estamos operando con normalidad. No contamos con mayor información acerca de lo que está sucediendo en los juzgados. Vamos a seguir en Buenos Aires para que la gente pueda ejercer su derecho a elegir cómo moverse por la ciudad y con el compromiso de generar oportunidades económicas para más de 35 mil argentinos de aquí a fin de año”.
Lo cierto es que el juzgado 15 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad dictó una medida cautelar y ordenó al GCBA que “de modo inmediato arbitre las medidas necesarias para suspender cualquier actividad que desarrolle la empresa UBER B.V. o UBER TECHNOLOGIES INC. o cualquier sociedad bajo ese nombre, razón social y tipo de actividad descripta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hasta tanto se dicte sentencia definitiva”, en respuesta al recurso de amparo impulsado por el Sindicato de Peones de Taxis de la Capital Federal, en conjunto con las autoridades de la Cámara Empresaria del Autotaxi, de la Asociación Civil de Taxistas de Capital, de la Sociedad Propietarios de Automóviles con Taxímetro, y de la Unión de Propietarios de Autos Taxis.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row admin_label=”Fila”][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text admin_label=”Texto” background_layout=”light” text_orientation=”left” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”]
Lo que se reclama es qué:
- La Agencia Gubernamental de Control (AGC) que informe si Uber presentó algún pedido de habilitación para el servicio de transporte público de pasajeros.
- Información de registro de la empresa a la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos
- Información a la Secretaría de Transporte porteña para que informe si la empresa estadounidense realizó alguna presentación para actuar en el rubro de transporte de pasajeros.
Lo que sucede, de este lado del mapa, es que UBER está registrada como una empresa de comunicaciones, que sólo le agregan una capa de tecnología a la situación de que un ciudadano pueda llevar a otro a donde quiera.
Pero, de acuerdo con el Código de Tránsito y Transporte de la Capital, sólo puede solicitarse un taxi en la calle o mediante una llamada a una firma de radiotaxi, que a su vez es la única entidad autorizada a usar apps, mensajes o un servicio online. Por esta misma razón, estamos de acuerdo que la ley no contempla las nuevas tecnologías y las necesidades de los usuarios ni tampoco la de los taxistas que deseen trabajar bajo otra modalidad que la de RadioTaxis.
Los taxistas piden por la seguridad del pasajero pero lo cierto es que los pasajeros están cansados del maltrato y la impunidad de muchos de las empresas que ofrecen un servicio deficiente, de poca higiene y puntualidad y qué, muchas veces, no respeta las reglas de tránsito.
Uber, por su parte, argumenta que su servicio está enmarcado en el artículo 1280 del Código Civil y Comercial, que “establece la figura del contrato de transporte y regula la relación entre prestador y prestatario”.
La discusión está en las calles, por ahora, de Buenos Aires. Uber tiene la ventaja de tener otro público cautivo: el joven, el que está cansado de los viejos sistemas y el que se anima a probar una aplicación con su tarjeta de crédito. Otro público que tranquilamente puede convivir con los taxis. Faltan números y datos para indicar que no se roban clientes. Falta discusión para que podamos aceptar que la tecnología no roba trabajo sino que amplía las posibilidades.
La empresa está valuada en 62.500 millones de dólares.
La tarifa base es de 15 pesos
La variable por kilómetro de 4,5 pesos
La variable por minuto de 1,75
El costo mínimo o de cancelación de 25 pesos.
Si quieren probar el servicio de @Uber_ARG pueden usar el código promocional MIBUENAMIGO y tener hasta dos viajes de 100 pesos gratis.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]
5
Sea como fuere creo que hace falta en las grandes ciudades una plataforma de “car pooling”. Si no nos gusta la capitalista Uber, tal vez el gobierno debería financiar y fomentar una plataforma libre, similar a como Uber funciona en New York o Londres y que sirva para reducir las emisiones de CO2. Ahora si hice el comentario en el lugar correcto, jaja 🙂
Muy bien 10! y es cierto, ese es el tema. Si no te gusta la aplicación, hace una en tu país, para tus leyes, que contemple las necesidades de tus cuidadanos, y listo.