El perro Fernando tiene una página en Wikipedia y tuvo el entierro más concurrido de la historia de la Ciudad de Resistencia, Chaco. Lo conocí el otro día y no podía creer la leyenda. ¡No es una leyenda!, me dice Noelia, mi guía turística. Fuimos a ver sus restos y todas las pruebas de que no, no era mito, era un perro callejero conocido por ir a recitales y tomar café en la casa de Gobierno. Lleva su nombre porque fue adoptado por el cantante Fernando Ortiz en los 50 y se ganó el corazón de todos. Su rutina era tomar café con el gerente del banco Nación (hay fotos) y un recorrido fijo que finalizaba en tertulias musicales.
Como si esto fuera poco, la crítica de los shows del día siguiente incluían las reacciones del perro. Ladraba si alguien le pifiaba a la nota. Lo dice Wikipedia, lo dice Noelia. Lo dice Mempo Giardinelli, testigo del hecho: “Creo que fue la Navidad del ‘57, o el ‘58, cuando visitó Resistencia un famosísimo pianista polaco, de apellido Paderewsky. Ofreció un concierto único en el Cine Teatro Sep, el más importante de la ciudad, y por supuesto mis papás me llevaron. La sala estaba repleta y Fernando se acomodó bajo el piano de cola y a la vista de más de mil personas se diría que Paderewsky y él comenzaron el concierto. Nunca olvidaré la impresión de aquel público cuando, en medio de una sonata de Beethoven, de pronto Fernando se puso de pie alzando las orejas y soltó un gruñido. Pareció que el mundo se detenía, pero Paderewsky, todo un profesional, siguió como si nada. Sin embargo, hacia el final del concierto, nuevamente el perrito sacudió las orejas y miró fijo al pianista como diciéndole oiga, la está pifiando. Entonces Paderewsky, con europea elegancia, detuvo sus manos, miró al perrito y le dijo, en duro castellano: “Tiene razón, equivoqué dos veces”.
Dicen que Alberto Cortés le compuso Callejero, aunque él lo desmintió. Lo cierto es que tiene tres esculturas, una, en su tumba en El Fogón de los Arrieros. Y un cartel de bienvenida en la Ciudad que dice: Bienvenido a Resistencia, ciudad de Fernando.