Si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo. Se estipula que hoy, 2020, hay más de 30 mil millones de dispositivos y ya somos cerca de 4.100 millones de usuarios, más de la mitad de la población mundial, según Greenpeace. Todos, contribuyen al calentamiento global.
Subir tu foto del día a Instagram, almacenar archivos en la nube o tener tu bandeja de entrada llena genera una huella ecológica que demanda el 7% de la energía mundial. Publicar en redes contribuye a ensuciar el planeta.
La industria de la tecnología generaba años atrás el 2% de las emisiones globales de CO2, el equivalente energético a una flota de Boeings 74. Pero hoy ya supera el 3%. Si a esto le sumamos la cantidad de basura electrónica que generamos y no reciclamos responsablemente, la situación empeora.
Según Google, cada búsqueda realizada libera al medio ambiente 0.2 gramos de CO2. Esto significa que el efecto invernadero provocado por mil búsquedas equivaldría a conducir un automóvil durante un kilómetro o bien, el uso de Google de un individuo típico durante todo un año produciría aproximadamente la misma cantidad de CO2 que una sola carga de lavado.
El streaming de vídeos hoy es más del 80% del tráfico de internet. Un informe del grupo Francés por una economía post carbono The Shift Project estima que las descargas de vídeos durante el 2018 generaron más de 300 millones de toneladas de CO2 (lo que sería el total de emisiones de España).
Diez horas de un vídeo de muy alta definición representan una cantidad de datos superior a todos los artículos en inglés de Wikipedia. Media hora de una película vista en Internet emite 1,6 kilogramos de CO2.
Internet genera cuatro áreas de demanda de energía: centros de datos,
redes de comunicación, dispositivos de los usuarios finales y la energía necesaria para fabricar los equipos necesarios para los tres anteriores
Los usuarios también podemos pensar en esto y actuar en consecuencia. Es difícil, es desaprender lo que venimos haciendo sin conciencia hace años. El aire no es gratis, internet tampoco.
Un estudio de 2019 realizado por el proveedor de energía OVO Energy descubrió que si los británicos enviaran un correo electrónico menos al día, el país podría reducir su producción de carbono en el equivalente de más de 81,000 vuelos de Londres a Madrid.
Los videos virales y la reproducción automática son otro enemigo silencioso. Durante el 2018, las imágenes de videos en línea solo generaron tantas emisiones de carbono como el conjunto de España en 2018, según The Shift Project. “La gente ya puede reducir sus emisiones de carbono hoy si dejan de mirar videos de gatos”, dijo Falsafi, el profesor de Lausana, que dirige el centro de investigación de la universidad para la informática sostenible, EcoCloud.
Según TweetFarts, la calculadora de huella de carbono de Twitter, 500 millones de tuits diarios generan 10 toneladas de Co2 por día.
Cómo mermar el calentamiento global desde la tecnología
Según el informe Clicking Clean el 43% de los usuarios nunca apagan la televisión o el router. Estos detalles pueden marcar la diferencia. Apagar la TV, los interruptores, no dejar dispositivos en Stand By y:
- Cerrar las pestañas que no uses en tu navegador
- Tener el mail más vacío
- Tirar adonde corresponde la basura electrónica.
- elegir vídeos de menos resolución
- Conectarse a wifi en vez de 4G
- Enviar mensajes sin imágenes y, cuando sea posible
- Desenchufar los datos en el celular.
En esta página se puede ver cuántos CO2 consume Google en tiempo real. Este dato es mucho mejor hoy que 10 años atrás porque, debido a esta preocupación, Google, Amazon, Facebook y Apple se comprometieron a reducir su consumo, ahorrar costos y cumplir con la campaña del greenwashing.
Y lo lograron. Además, se puede chequear si una empresa usa tecnología verde o no en https://www.thegreenwebfoundation.org/.
Gracias por el servivio de información.